Ritual Oficial de la Adoración Nocturna Mexicana, Primera Edición - México 2014.
El valor del Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana, deriva de su relación litúrgica con la Eucaristía; porque en efecto, las plegarias propias del adorador, lo disponen y preparan para celebrar la Liturgia de las Horas; y por ellas “la Iglesia ejercita y prosigue la alabanza y la acción de gracias del Sacrificio Eucarístico.
El Ritual une al cristiano que lo usa debidamente “con la comunidad entera de los hombres y lo asocia al canto de este himno divino de alabanza”. No es oración adicional ni privada; canta su plegaria “para cumplir ante Dios las obligaciones de la Iglesia entera”, así el bautizado llega “al ejercicio supremo de su sacerdocio real. El Ritual tiene una importante incidencia en la vida ordinaria de cada adorador, quienes lo deben recitar día a día en favor de los suyos, de la Iglesia y de todos los hombres.
El Oficio Divino o Liturgia de las horas, es un tesoro que está en el Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana y el que lo descubre lo prefiere sobre todas las prácticas personales de piedad.
El espíritu propio del Adorador está en el Ritual y en los Estatutos; pero que el Oficio Divino o Liturgia de las Horas ofrecidas dignamente, es el alma de la Mística del Adorador Nocturno, o sea de su vida espiritual que le hará alabar a Dios mucho mejor y que le obtendrá mayor progreso espiritual.
El arma principal del adorador y su base es el Ritual, que contiene el Oficio del Santísimo Sacramento, del cual recita con los demás centinelas que le acompañan.
El Ritual no debe confundirse con un compendio o un manual de oraciones; ni siquiera un esquema para las Vigilias. Su valor real deriva de su relación litúrgica con la Eucaristía.
El valor del Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana, deriva de su relación litúrgica con la Eucaristía; porque en efecto, las plegarias propias del adorador, lo disponen y preparan para celebrar la Liturgia de las Horas; y por ellas “la Iglesia ejercita y prosigue la alabanza y la acción de gracias del Sacrificio Eucarístico.
El Ritual une al cristiano que lo usa debidamente “con la comunidad entera de los hombres y lo asocia al canto de este himno divino de alabanza”. No es oración adicional ni privada; canta su plegaria “para cumplir ante Dios las obligaciones de la Iglesia entera”, así el bautizado llega “al ejercicio supremo de su sacerdocio real. El Ritual tiene una importante incidencia en la vida ordinaria de cada adorador, quienes lo deben recitar día a día en favor de los suyos, de la Iglesia y de todos los hombres.
El Oficio Divino o Liturgia de las horas, es un tesoro que está en el Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana y el que lo descubre lo prefiere sobre todas las prácticas personales de piedad.
El espíritu propio del Adorador está en el Ritual y en los Estatutos; pero que el Oficio Divino o Liturgia de las Horas ofrecidas dignamente, es el alma de la Mística del Adorador Nocturno, o sea de su vida espiritual que le hará alabar a Dios mucho mejor y que le obtendrá mayor progreso espiritual.
El arma principal del adorador y su base es el Ritual, que contiene el Oficio del Santísimo Sacramento, del cual recita con los demás centinelas que le acompañan.
El Ritual no debe confundirse con un compendio o un manual de oraciones; ni siquiera un esquema para las Vigilias. Su valor real deriva de su relación litúrgica con la Eucaristía.